El futuro científico de las IPS en Colombia en la era de la IA, nuevos retos que exigen soluciones disruptivas

Autores: Walberto Buelvas, Miembro fundador de AIpocrates. Médico Director Científico de MediSinú – Andrés Rico, CEO de AIpocrates, Médico Internista en JaveSalud, Tutor semillero NovAITech-PUJ

En Colombia, las Instituciones Prestadoras de Salud (IPS) están atrapadas en un dilema estructural complejo. Por un lado, deben garantizar el cumplir metas asistenciales, preservar la humanización y la calidad del servicio, sostenibilidad financiera en un contexto de recursos limitados y la necesidad de contención de costos. Por otro, respondiendo a una ciudadanía cada vez más informada y exigente. 

¿Cómo lograr este equilibrio cuando los modelos organizativos, la formación médica y los sistemas de incentivos permanecen anclados en paradigmas del siglo pasado  y divergentes entre sí?

El futuro del sistema de salud no se edificará con la construcción de nuevos hospitales ni por el ajuste de tarifas, se cimentará en la capacidad de generar conocimiento propio, integrar las ciencias básicas y computacionales en la práctica clínica y transformar los datos asistenciales en evidencia real y aplicable.

Ha llegado el momento de que la investigación traslacional, la medicina de precisión y la bioinformática se incorporen y se conviertan en ejes estratégicos para las IPS, impulsando la sostenibilidad financiera y científica e innovación de la IPS, y dejando de ser simples adornos académicos.

En paralelo, muchas IPS —públicas y privadas— funcionan como “islas” de servicio asistencial, sin interoperabilidad, desconectadas de la investigación, la industria y las universidades, sin mencionar las asociaciones científicas ahora concentradas en un foco diferente a las necesidades reales y prácticas de los profesionales de salud; refuerzan la sobrevivencia de un paradigma que ha condenado a la medicina y la educación médica a no evolucionar.

El médico y académico Luis Eduardo Pino, fundador del tanque de pensamiento AIpocrates, ha planteado una crítica profunda: las asociaciones científicas en Colombia permanecen atadas a un modelo obsoleto. Se centran en congresos presenciales, publicaciones dispersas y jerarquías rígidas, mientras el mundo avanza hacia la ciencia abierta, la colaboración internacional y la inteligencia artificial aplicada a la salud.

El resultado es un sistema operativamente eficiente, pero intelectualmente pobre. Un sistema que cura sin aprender, que atiende sin investigar y que reporta sin analizar y este anclaje impide la generación de conocimiento local y nos condena a depender de guías clínicas extranjeras que rara vez se ajustan a nuestra realidad epidemiológica o social.

Las sociedades pueden ser la piedra angular en el cambio, abrir el paso a una translación.

La investigación traslacional busca acortar la distancia entre el laboratorio y el paciente. Permite que los hallazgos científicos se transformen rápidamente en protocolos clínicos, diagnósticos o terapias. Si las IPS colombianas adoptaran este enfoque, podrían:

  • Diseñar protocolos adaptados a la realidad local, sustentados en cohortes propias. 
  • Reducir la dependencia de guías internacionales poco contextualizadas.
  • Generar innovación clínica integrando datos moleculares, genómicos y clínicos, gemelos digitales.

La medicina de precisión, por su parte, es la evolución natural de este enfoque. Ya no se trata de tratar enfermedades, sino personas únicas. Sus beneficios potenciales para el sistema son enormes:

  • Optimización terapéutica, evitando tratamientos innecesarios.
  • Reducción de costos por hospitalizaciones evitables.
  • Mejores resultados clínicos y satisfacción del paciente.
  • Generación de valor.

El verdadero salto cualitativo no será incorporar más tecnología, sino desarrollar una ciencia clínica propia, que aproveche la diversidad genética, ambiental y cultural del país.

Las IPS colombianas acumulan millones de registros clínicos electrónicos. Sin embargo, la mayoría no se explotan para investigación aplicada ni para generar evidencia del mundo real (RWE). La creación de Unidades de Inteligencia artificial que apalanquen los procesos de minería de datos clínicos permitiría:

  • Identificar patrones de enfermedad y respuesta terapéutica.
  • Construir cohortes longitudinales para estudios observacionales y predictivos.
  • Generar insumos locales para políticas públicas basadas en evidencia como:
    • Datos sintéticos y aprendizaje federado 
    • Apostar por marcos claros para usar datos sintéticos y aprendizaje federado que permitan entrenar modelos sin mover datos, reforzando privacidad, equidad territorial y casos de baja frecuencia. 
    • Gemelos digitales para gestionar mejor: Impulsar pilotos de gemelos digitales de nuestras IPS, servicios o circuitos de pacientes que ayuden a simular cambios organizativos, dimensionar recursos y decidir con más valor y menos incertidumbre.
    • IA para sostenibilidad y descarbonización: Usar IA no solo para procesos clínicos, sino también para optimizar energía, economía circular, logística, gases medicinales, residuos y compras verdes. Salud y clima como una misma agenda.

Además, la bioinformática puede conectar la práctica clínica con el laboratorio, generando las plataformas y los espacios para analizar los datos genómicos, transcriptómicos y proteómicos. esencial para el desarrollo de biomarcadores locales y terapias personalizadas.

En otras palabras: las IPS ya tienen el petróleo de la medicina moderna —los datos—, pero siguen sin refinarlo.

Convocatorias como Horizonte Europa, NIH, Wellcome Trust y Grand Challenges ofrecen miles de millones de dólares para proyectos colaborativos en salud. Sin embargo:

  • La mayoría de las IPS y asociaciones médicas desconoce su existencia.
  • No hay estructuras internas de gestión para formular proyectos competitivos.
  • La falta de articulación entre actores impide crear consorcios regionales sólidos.

La consecuencia es una paradoja frustrante: hay dinero, pero no visión. Los recursos se pierden por falta de estrategia, burocracia paralizante y, sobre todo, egos institucionales que bloquean la colaboración.

Superar esta brecha requiere crear oficinas de investigación traslacional e innovación en las IPS, con personal que hable el idioma de la ciencia, el inglés técnico y la bioética digital.

El modelo de cuádruple hélice propone que la innovación no nace en un solo sector, sino en la interacción entre:

  • Academia: universidades, hospitales universitarios y centros de investigación.
  •  Industria: farmacéuticas, biotecnológicas, empresas de software clínico y startups.
  • Gobierno: ministerios, agencias regulatorias y entes territoriales. 
  • Sociedad civil: pacientes, asociaciones médicas y ONG.

Para que las IPS sean parte activa de este ecosistema 360 grados, con modelos envolventes, deben redefinir su misión y visión, incorporar la investigación aplicada como eje estratégico, crear unidades de innovación y transferencia tecnológica que no estén solamente en papel, establecer alianzas universidad-empresa e incluir a los pacientes como co-creadores de conocimiento.

El diagnóstico es claro: no avanzamos por razones culturales, no técnicas. La estructura de gobernanza de muchas IPS y asociaciones científicas sigue siendo vertical, opaca y centrada en liderazgos personalistas. A ello se suman tres obstáculos sistémicos:

  • Egos institucionales que impiden la colaboración interinstitucional. 
  • Burocracia que ralentiza o bloquea proyectos innovadores. 
  • Falta de competencias en gestión de proyectos, inglés técnico y ética digital.
  • Ausencia de equipos interdisciplinarios de vigilancia y evaluación de nuevas tecnologías, orientada a medir impacto clínico, organizativo, presupuestario y riesgo de obsolescencia. Sin esto, los proyectos se multiplican sin evidencias o se mantienen pilotos eternos sin retorno.
  • Analfabetismo en IA, ciberseguridad, uso ético y racional de la IA, implementación en flujos de trabajos que generen valor tanto de clínicos, gestores, gerentes y juntas directivas. Sin talento, no hay transformación.

Si las IPS quieren ser sostenibles en el siglo XXI, deben transformarse en nodos de innovación biomédica. Esto implica incorporar servicios de investigación traslacional, crear departamentos de minería de datos clínicos, formular proyectos conjuntos con asociaciones científicas y participar en redes internacionales como ECRIN o ENCePP.

La inteligencia artificial (IA) es hoy una palabra omnipresente, pero su adopción real en la salud colombiana sigue siendo marginal. Según el informe AI Report 2025, la brecha entre inversión y transformación es abismal.

Entre 30 y 40 mil millones de dólares se han invertido en IA generativa, pero solo el 5% de las empresas logra retorno financiero. Más del 80 % ha probado herramientas como ChatGPT, pero pocas transforman sus procesos. La mayoría sufre de proyectos piloto que nunca escalan.

La próxima frontera: el “Agentic Web”

El informe introduce además el concepto de Agentic Web, un ecosistema de agentes inteligentes interoperables. Estos sistemas, con memoria y autonomía, podrían coordinar datos entre IPS, EPS y laboratorios, además aprender de los resultados clínicos y recomendar tratamientos personalizados basados en evidencia local.

Hacia una inteligencia híbrida y biodigital

El éxito en IA aplicada a la salud no dependerá de usar el modelo más avanzado, sino de diseñar ecosistemas de aprendizaje adaptativo. Estos deben integrarse en los flujos clínicos reales y retroalimentarse con datos del paciente. La visión de futuro es una inteligencia híbrida, donde humanos y máquinas coevolucionen, se adapten, se complementen y enfrenten los retos de los sistemas complejos adaptativos (ver columnas previas).

La transformación del sistema de salud colombiano requiere de decisión política y liderazgo científico. Las IPS que sobrevivirán y prosperarán serán aquellas capaces de evolucionar de prestadoras de servicio a productoras de conocimiento, reformulando su visión y superando las barreras culturales para abrazar la ciencia, los datos y la innovación como un eje estratégico, no como un accesorio. Esto implica aprovechar los fondos internacionales e integrar investigación traslacional, medicina de precisión, bioinformática, inteligencia artificial y evidencia del mundo real dentro de sus flujos de decisión y operación diaria.

Qué es investigación traslacional en salud

El futuro será digital, personalizado y basado en evidencia real. Colombia tiene el talento y los datos; lo que falta es voluntad y visión. Evaluar la IA con métricas de valor en salud Definir un marco único para medir el valor real de la IA: resultados de salud, experiencia de pacientes y profesionales, equidad y eficiencia, y que esos indicadores condicionen financiación y escalado. Pero este salto solo será posible si quienes dirigen el sistema —gerentes, juntas directivas, líderes clínicos, financieros y administrativos— hacen un ejercicio honesto de autocrítica responsable. 

Durante décadas, muchos hemos gestionado desde modelos tradicionales, confiando en la intuición, la experiencia acumulada y los procesos conocidos. Sin embargo, el entorno actual exige algo distinto: humildad para reconocer nuestros vacíos en ciencia de datos, IA, tecnologías emergentes, ciberseguridad, analítica avanzada, medicina personalizada, economía de la salud y sostenibilidad circular.

En resumen: 

  • Medicina de Precisión: Enfoque terapéutico que utiliza información genética, molecular y ambiental del paciente para personalizar diagnósticos, tratamientos y estrategias preventivas, seleccionando la intervención correcta para la persona correcta en el momento correcto.
  • Medicina 5P: Modelo conceptual más amplio que integra cinco pilares: Personalizada, Predictiva, Preventiva, Participativa y de Precisión. La medicina de precisión es uno de sus componentes, mientras que las 5P representan una filosofía integral de atención centrada en el paciente.
  • Medicina Traslacional: Proceso de convertir descubrimientos científicos básicos en aplicaciones clínicas prácticas («del laboratorio a la cama del paciente»). Se enfoca en el proceso de transferencia del conocimiento, mientras que la medicina de precisión se enfoca en la aplicación personalizada de ese conocimiento.
  • Investigación Traslacional: Actividad de investigación que conecta la ciencia básica con la práctica clínica en ambas direcciones (T1: laboratorio→clínica; T2: clínica→implementación poblacional). Es la metodología de investigación que alimenta la medicina traslacional.

La evidencia es contundente: hoy existen tecnologías capaces de mejorar resultados, reducir costos, anticipar riesgos, optimizar recursos y generar bienestar; pero su impacto real depende de decisiones directivas informadas. Y para lograrlo, necesitamos desarrollar nuevas competencias en:

  • Toma de decisiones basada en datos y analítica avanzada.
  • Gobernanza de la IA y nuevas tecnologías con criterios de valor, riesgo y ética.
  • Evaluación presupuestaria y financiera del ciclo de vida de tecnologías digitales.
  • Lectura crítica de evidencia en medicina de precisión, bioinformática y RWE.
  • Modelos de economía circular aplicados al sistema de salud.

Ningún gerente —por brillante o experimentado que sea— puede liderar esta transición solo. Esto implica conformar equipos multidisciplinarios permanentes, no consultorías aisladas, integrados por:

  • clínicos expertos,
  • epidemiólogos,
  • ingenieros biomédicos,
  • ingenieros de software y arquitectos de datos,
  • científicos de datos y modeladores,
  • economistas de la salud,
  • financieros con enfoque en ROI y TCO,
  • especialistas en ética, bioética y gobernanza,
  • expertos en sostenibilidad y economía circular,
  • profesionales en medicina de precisión y genómica.

Estos equipos deben constituirse como un Comité Asesor Científico-Técnico de alto nivel que acompañe a las juntas directivas en decisiones críticas como:

  • adquisición e implementación de IA y tecnologías clínicas,
  • diseño de flujos de trabajo digitales que realmente generen valor,
  • evaluación de impacto clínico, organizacional y financiero (antes, durante y después),
  • priorización de proyectos y desinversión en tecnologías obsoletas,
  • incorporación de investigación aplicada como estrategia de sostenibilidad.

Solo así podremos garantizar que las tecnologías adoptadas generen valor real para todos los actores del ecosistema:

  • Pacientes, que merecen resultados superiores, seguridad y personalización.
  • Profesionales de salud, que requieren herramientas que reduzcan carga y aumenten su precisión.
  • Aseguradores, que necesitan modelos basados en evidencia, riesgo y costo-efectividad.
  • Proveedores tecnológicos, que deben integrarse en ecosistemas interoperables y evaluados.
  • Accionistas, que buscan decisiones de inversión inteligentes, sostenibles y con retorno.
  • El sistema de salud, que exige eficiencia, equidad y cuidado centrado en valor.

Transformar a las IPS en instituciones científicas, digitales e inteligentes no es un lujo: es la única vía para garantizar sostenibilidad, competitividad y relevancia en un sistema que se redefine día a día. Colombia tiene los datos, el talento humano y la diversidad biológica y genética para liderar esta revolución. Lo que necesitamos ahora es un liderazgo capaz de aprender, desaprender y gestionar con visión, humildad y ciencia.

El futuro de la salud será digital, personalizado, interoperable, sostenible y basado en evidencia real. La pregunta es si estaremos a la altura del momento histórico y del compromiso con nuestros pacientes y territorios.

1. ¿Cómo puede una IPS implementar inteligencia artificial?
Iniciando con minería de datos clínicos, unidades de bioinformática y comités interdisciplinarios. La clave no es comprar software, sino integrar ciencia y datos en decisiones.

2. ¿Qué beneficios trae la medicina de precisión para el sistema de salud?
Reduce tratamientos innecesarios, optimiza costos, mejora resultados clínicos y permite terapias adaptadas al perfil molecular de cada paciente.

3. ¿Por qué la investigación traslacional es clave para Colombia?
Porque permite generar protocolos basados en evidencia local, no importada, acelerando innovación y cerrando la brecha entre laboratorio y práctica.

4. ¿Qué deben hacer las IPS para acceder a fondos internacionales?
Crear oficinas de innovación, fortalecer inglés técnico, formular proyectos colaborativos y vincular academia, industria y Estado (modelo cuádruple hélice).

5. ¿Qué son los gemelos digitales en salud y para qué sirven?
Son simulaciones computacionales de IPS o circuitos clínicos que permiten planificar recursos, probar decisiones y reducir incertidumbre antes de implementarlas.


Este documento contó con apoyo de herramientas de Inteligencia Artificial, específicamente los modelos ChatGPT, Claude Sonnet 4.5 y Manus, utilizados para redacción y revisión del contenido.

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